jueves, 17 de mayo de 2012

Para decir aDios!


Decir a Dios aceptando a las personas, las situaciones, las circunstancias y los hechos tal como se den, incluidas decisiones y acciones del pasado, lo “malo”, así como lo “bueno”. Implica saber renunciar no aferrándonos a aquello que la razón nos dice es, en nuestras circunstancias, imposible o muy costoso de lograr. Si dejamos de luchar y de resistirnos a lo inevitable, viviremos plenamente el presente, permaneciendo abiertos a todas las opciones sin aferrarnos rígidamente a ninguna de ellas. Esto estimula la capacidad de dar respuestas creativas a la existencia, tal como es en el aquí y en el ahora.
¿Cómo saber cuándo es bueno luchar y cuándo decir adios? Una conocida oración, de San Francisco de Asís, “Dame serenidad Señor, para aceptar las cosas que yo no puedo cambiar”, serenidad para aceptar, pero también dame valor, para poder cambiar las que puedo , y dame la sabiduría que hace falta para saber la diferencia. En ella, se pide a Dios fortaleza para aceptar lo que al cambio se resista, fortaleza para transformar lo modificable y sabiduría para reconocer la diferencia."
Muchas veces, muchas personas desperdician la mayor parte de su vida lamentándose de lo que pudo haber sido y no fue, viviendo en la nostalgia y la melancolía, viviendo en el pasado. Apegados a un recuerdo, un incidente que nos causó dolor o idealizando una vida pasada o una persona en nuestra vida, que en realidad no fue tan maravillosa como tu ahora la añoras.
La negación en muchas ocasiones de querer seguir perpetuando una relación de pareja a veces hasta de maltrato conyugal que tratas de engañarte de que fue maravillosa, cuando en realidad no lo fue y tienes profundas heridas que todavía sangran en tu alma y te niegas a soltar.
Es como si viviéramos dentro de un bloque que detiene nuestro progreso espiritual y nuestra psiquis. Es un dolor latente, que vive ahí dentro y nos afecta nuestras decisiones presentes que luego afectaran nuestro futuro en una cadena de infelicidad.
Pero que maravilloso es que podemos liberarnos de esos lastres y trabajar para nuestra felicidad para sentirnos plenos, vitales, felices.
Cómo?
Cambiando nuestra actitud y la forma en que vemos las cosas que nos rodean y las que nos suceden, escogiendo cómo nos vamos a sentir o reaccionar frente a los eventos, personas etc.


Si enmarcamos esta historia y la integramos a la fe, sabemos que todo sucede por algo, que existe un orden divino y que se manifiesta de maneras que en el momento no podemos entender, pero que luego a la larga si lo hacemos.
De hecho, los psicólogos establecen 5 etapas que atraviesa el ser humano ante la pérdida en el proceso de aceptación.
“En este sentido el duelo no solo se presentaría frente a la muerte de un ser querido, sino también con relación a situaciones que impliquen la evidencia para el sujeto de una falta, o de algo que ha de dejar atrás y que no volverá a recuperar, pero que deja siempre un recuerdo”. .” Esta definición corresponde a lo que hoy conocemos como duelo normal, sin embargo existe una forma particular de vivir el duelo que S. Freud llamó melancolía, en este caso el deudo se siente empobrecido y la pérdida es experimentada en el propio Yo.

Identificate y sal del circulo para que cierre, mientras estaras dentro dando vueltas

1- negación, – es una etapa de shock, en la que negamos lo que estamos viviendo, no lo aceptamos. Fase de embotamiento de la sensibilidad.
“Comienza cuando se muere el familiar y se prolonga desde algunas horas hasta una semana. Los deudos se sienten aturdidos e incapaces de aceptar la realidad. Suelen continuar con sus actividades cotidianas en forma casi automática, como si,” la muerte no fuera una realidad, como si fuera un sueño. En esta etapa aparecen episodios de rabia y dolor muy intensos.”
2- ira, – es como una rabia contra el mundo, una pelea con lo divino con la persona que provoca el dolor. “La persona sabe racionalmente que su ser querido ha muerto, experimenta un fuerte impulso a tratar de encontrarlo y a la vez de olvidarlo. En esta fase, entonces, se mezclan el dolor, la rabia, la búsqueda inquieta y la ingratitud hacia quienes brindan ayuda. Todos estos sentimientos expresan la imperiosa necesidad de encontrar y recuperar a la persona perdida.”
3- negociación, – empezamos a reflexionar en medio del dolor y confusión nos reconciliamos con Dios, buscamos vías alternas al dolor en protección del ser, para hacerlo más tolerable.
4- depresión – la melancolía, la depresión, tristeza y desesperanza que no hay alternativa que la misma realidad de la perdida, a veces irreversible. Fase de desorganización y desesperanza.
“Algún tiempo después de la pérdida, al imponerse la noción de la realidad, se intensifican los sentimientos de desesperanza y soledad, la persona acepta finalmente la muerte y cae inevitablemente en una etapa de depresión y apatía.”
5- aceptación. Ya aquí hay una liberación de culpa, de dolor y de perdón aquí finalmente aceptamos y nos liberamos dolor. Esta última fase se inicia aproximadamente luego de un año de ocurrida la pérdida. El deudo se encuentra en condición de aceptar la nueva situación y es capaz de redefinirse a sí mismo y al nuevo contexto, el cual no incluye a la persona perdida. Esta redefinición de sí mismo es tan penosa como determinante, ya que significa renunciar definitivamente a toda esperanza de recuperar a la persona perdida y volver a la situación previa. Hasta que no se logra esta nueva definición, no pueden hacerse planes a futuro.
Ahora es un momento de reflexionar:
1- Que es lo que en este momento no te permite seguir adelante y ser feliz. Donde te encuentras estancado, que emoción, situación todavía arrastras de tu pasado, de tu niñez, de tu adolescencia, de tu vida actual.
2- En que etapa te encuentras de las 5 que mencionamos?
3- Que tiempo llevas en esa etapa?
4- Cuáles son tus expectativas? Que te pidan perdón, saber pq te hicieron tal o cual cosa que no merecías, que la persona vuelva a ti y reconciliarte, reivindicarte, que esperas que suceda y no pasa?
5- Que es lo que te está impidiendo avanzar, y dejar atrás el pasado?
6- Trabajaste con el dolor?
7- Que es lo que debes perdonar y perdonarte?
8- Que es lo que vas a aceptar hoy y de lo que te vas a liberar. En este día para siempre.

Ahora es el mejor momento de decir aDios!
Todo está en la manera que decidas ver las cosas, que seas generoso contigo y con los demás. Que alguien no desee continuar con la relación contigo, no nec. Es tu culpa ni te deroga, simplemente la vida te está regalando una nueva oportunidad de vivir una experiencia nueva. Aprovéchala la vida te sucede ahora y es lo que te pasa por el lado mientras tu pierdes el tiempo envenándote de coraje y resentimiento y dolor, atrévete a ser feliz, es tu responsabilidad indelegable, compromete con tu felicidad y plenitud, hoy!!!

*LA FELICIDAD ES SIN ESPECIFICACION DE DONDE Y CUANDO SIMPLEMENTE ES AQUI Y AHORA*

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